LIDERAR inicia en la Mente

Por Mtro Erik Patricio Saad Paz, diciembre 2023
 

El concepto del liderazgo ha sido muy utilizado en los últimos años en todos los ámbitos de nuestra sociedad. En la política, deportes, espectáculos, negocios y casi todos los grupos sociales se habla de la importancia de las personas que ejercen la figura de líder.

La mitología que se ha creado alrededor de este símbolo es muy basta y el discurso sobre sus características es cada vez más amplio; por lo que hablar de este fenómeno implica una distinción fundamental entre, la persona (figura del líder)los desempeños que realiza dicha persona (acción de liderar) y el proceso humano que se genera entre las personas (liderazgo).

El análisis del impacto de un líder surge desde los resultados que evidencian dicha capacidad en la persona, lo cual implica entender la forma en que guía a un grupo o equipo para alcanzar ciertos objetivos.

En la mayoría de la literatura se menciona que el liderazgo se destaca como el proceso de influir en los demás; pero recientemente se sabe que es un fenómeno mucho más complejo, por lo que es muy importante comprender sus diferentes elementos.

La distinción entre < persona – acción – interacción > es la estructura que compartiremos para estudiar los conceptos y poner en práctica los desempeños que logran hacer que una persona desarrolle esta gran capacidad.

Somos seres mentales. Cada persona desarrolla su propio sistema de pensamientos acorde a las experiencias que tiene. Conforme este sistema incorpora más información, genera diferentes patrones de pensamiento ante los escenarios que vive. Nuestra mente ya tiene la mejora respuesta ante cada situación que enfrenta.

Dichos pensamientos se expresan como comportamientos y se proyectan en gran parte como nuestra personalidad. Pero la reflexión clave es que nosotros podemos entrenarnos para generar nuevos patrones.

Si en tu mente crees que puedes liderar, estás en lo cierto. Si crees que no puedes liderar, también estás en lo cierto. Todo depende de ti.

Así como conocemos lo que ayuda o perjudica a otros órganos de nuestro cuerpo, es muy importante sabe cómo fortalecer nuestra mente.

Cerebro y mente no son lo mismo. El cerebro es el órgano, la mente es el proceso principal creado por el cerebro. Ambos hay que saber cuidarlos, son parte de cualquier persona y aprender a liderar implica saber desarrollarlos.

No se necesita ser Psicólogo, Neurólogo o Psiquiatra para profundizar, pero sí es importante para toda persona, entender cómo funciona su mente y sus procesos cognitivos, es decir, cómo crea sus pensamientos; ya que es la única forma de dirigirlos hacia donde uno quiere.

Una creencia generalizada que forma parte del pensamiento colectivo, es que un líder es una figura que nace o se asigna jerárquicamente.

Una idea sustentada psicológica y sociológicamente, es que un líder es una figura reconocida por un grupo de personas como consecuencia de la acción de liderar.

Un líder es una persona que se prepara para desarrollar la capacidad de liderar, para que, cuando sea necesario, sepa realizar la acción de liderar.

Liderar es una palabra que tiene 2 grandes significados:

  1. El primero se refiere a la capacidad mental que tiene una persona, lo cual implica adquirir conocimientos y habilidades, para poder realizar una secuencia de desempeños dirigidos a lograr resultados específicos.
  2. El segundo se refiere propiamente a realizar la acción o conjunto de desempeños que ha aprendido.

Al conocerse uno mismo, puede identificar cómo es su proceso de aprendizaje, para entonces, poder adquirir los conocimiento y practicar las habilidades necesarias para liderar. “Conócete a ti mismo y conocerás el universo”, oráculo de Delfos.

Actuar de forma competente al realizar cualquier actividad tiene varias implicaciones. Liderar de forma competente no es la excepción. Antes de hacer, hay que aprender a hacer. Si una persona quiere liderar, es fundamental que sepa cómo liderar.

Todo proceso de aprendizaje implica: (1) adquirir y almacenar los conceptos, así como su aplicación en un contexto específico; (2) integrar dichos conceptos a una estructura de pensamiento y después a su estructura de lenguaje para que sepa cómo influir en los demás; (3) distinguir los momentos en que pueden utilizarse dichos conceptos; y (4) enfocar la predisposición sobre cómo utilizarlos; para finalmente, (5) realizar los desempeños correspondientes.

La capacidad de liderar se aprende y se desarrolla.

El concepto de liderazgo se ha ligado al estatus que tiene una persona, tanto jerárquica como simbólicamente a través de cualidades casi mágicas; sin embargo más que una figura, un líder es reconocido como tal, después de que demuestra su capacidad de liderar.

La base de los conocimientos de cada persona provienen de diferentes fuentes, pero distinguir el sustento que tienen es clave para estructurar un sistema de pensamiento lógico y enfocado.

Socialmente las creencias tienen un poder de movilidad inmenso, pero tienen poco sustento en hechos comprobables y son desmanteladas rápidamente por el conocimiento científico.

Integrar pensamientos basados en hechos implica una preparación constante y metodológica, es decir, como todo entrenamiento, no es un camino inmediato, pero la fórmula es comprobable.

Una figura con autoridad, no es necesariamente competente para ser un líder, eso es una creencia; lo cual suele ser uno de los grandes temas a fortalecer en las organizaciones hoy en día. Un líder no se asigna.

Un líder es una persona con la capacidad de liderar que se prepara metodológica y constantemente para ejercer su liderazgo.

Estudiosos del tema han coincidido en 4 grandes elementos a desarrollar en toda persona que quiere aprender a liderar. Primero, actuar con competencia, tanto en lo técnico (no implica ser el mejor) como en lo humano; segundo, tener una visión clara hacia dónde se quiere llegar; tercero, tener el carácter (estructura de pensamiento) que enfoque el temperamento (emociones) hacia la inspiración y ejecución de acciones específicas; y cuarto, la química con los demás, lo cual se logra a través de la interacción consciente sobre las necesidades existentes.

La percepción que tiene una persona sobre lo que sucede a su alrededor está relacionada con su estructura de pensamientos, la cual aprende a través de las diferentes experiencias que tiene en su vida. Cada experiencia forma Enlaces Neuronales que, a su vez, son responsables de los patrones de pensamiento que tiene una persona.

Los patrones de pensamiento se expresan a través de comportamientos. Este proceso se repite en cada aprendizaje que tiene una persona. Todo se registra en el entramado de neuronas que tenemos.

Cada capacidad que desarrollamos, cada hábito que adquirimos, cada forma de percibir nuestras experiencias… son resultantes de cada patrón de pensamientos que hemos estructurado.

Genéticamente heredamos un cóctel químico que representa nuestro temperamento; éste influye en gran parte en la manera en cómo expresamos nuestras emociones y nuestro patrón de pensamientos.

La mejor forma de regularlo con la formación de una estructura de pensamiento capaz de enfocar las emociones El carácter es el mejor regulador de las emociones, facilitando el enfoque sobre lo que se quiere lograr mientras se lidera. Ahí, en ese “control”, inicia la capacidad de liderar.

La forma de expresar nuestras emociones, así como el patrón de pensamiento, influyen en la forma en que una persona enfrenta un problema. Las emociones pueden sobrepasar el pensamiento lógico y desatar acciones que compliquen todo. De igual forma, las emociones pueden ser enfocadas hacia la visión que se tiene e inspirar a los demás.

Adquirir esta información puede ayudar a que toda persona que quiera liderar, sepa desde dónde nace el liderazgo.

En otra creencia en los grupos de trabajo, muchas veces se asocia que el saber los conceptos (conceptualizar) posibilita el poder hacer; lo cual no es un hecho comprobable; por ejemplo, una persona puede tener la teoría sobre cómo cambiar la llanta de un carro, pero no poder cambiarla porque no ha desarrollado la habilidad.

Ser el más competente técnicamente no confiere el liderazgo, así como tampoco dominar diferentes teorías sobre liderazgo garantiza poder liderar.

Comprender los diferentes elementos que se inscriben en la acción de liderar; puede impulsar el desarrollo de la capacidad de liderar en cualquier persona, pero no solo es conceptualizar, implica un entrenamiento constante, metodológico y enfocado a lograr objetivos a través del desarrollo de los demás.